Desde pequeña he tenido una pequeña ilusión, unas ganas irrefrenables de algo que no sé por qué nunca tuve y que hoy ¡Por fin!, y después de 28 años, TENGO!!: Una pizarra.
Para mi es importante, es algo especial, y aunque a estas alturas de mi vida siga siendo una de las cosas que formaban mi lista de cosas-que-quiero-y-que -algún-día-tengo-que-tener, por fin ha llegado el momento. Nunca es tarde, como se dice, y de esta manera he hecho realidad un sueño de la infancia que me ha perseguido hasta la madurez.
Aún recuerdo cuando cogía la tiza y pintaba en un lado de un mueble de la habitación de mi hermano y borraba con un trapito para que mi madre no lo notase; y los fines de semana en el instituto con mi prima Pili, cuando saltábamos hasta donde tenían guardadas las pizarras-gigantes (o es lo que a mi me parecían) y pintábamos con pedazos de tiza que rescatábamos de debajo de las ventanas de las aulas...
Qué buenos recuerdos...
Y que guay mi pizarra nueva!!
Me encanta!.
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Hola, un fuerte de madera es algo que siempre quise tener de pequeño y nunca llegó.
ResponderEliminarPues igual, los próximos Reyes...
Saludos.
Nunca es tarde,,la mía ha tardado muchos años en llegar y al final la tengo conmigo..Estoy encantada..
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